Una semana más nos trasladamos a Rosewood para analizar como han evolucionado las historias de nuestras protagonistas más mentirosas. Este capítulo que contiene un título tan revelador nos va a mostrar una lucha encarnizada de Mona y Spencer. Las máscaras van cayendo... ¿Quiénes son los malos? Vamos a verlo.
En este episodio hemos descubierto la verdadera cara de Mona y también hemos conocido algunos secretos del padre de Aria, Byron. Empecemos por la primera, detrás de una máscara de "inocencia" se esconde una chica con un plan para vengarse de las cuatro amigas. -A es Toby, pero ella es una parte importante del equipo. En este capítulo, Mona se ha centrado en Spencer, atacándola donde más le duele, en su competitividad y perfeccionismo. Hannah ya no se cree ninguna mentira más como bien le deja claro a Mona, peligrosa jugada de esta que puede desatar la furia de su antigua amiga.
Pero Spencer no ha sido la única en recibir los ataques de Mona, Lucas lleva tiempo siendo amenazado por ella, pero ya se ha cansado, decide dejar el instituto para estudiar en casa y así no poder ser chantajeado. Un pupilo menos para -A. Los juegos de Mona parecen peligrosos, todavía no entiendo como ha salido del hospital mental. Tengo una duda existencial y es... ¿Mona cumple las ordenes de Toby o al revés? Supongo que lo descubriremos en los próximos episodios.
El padre de Aria, Byron, es el siguiente personaje en ser desenmascarado en este capítulo. Su hija y su novia/amante Meredith forman un equipo que ninguno de nosotros hubiéramos creído hace unos cuantos episodios y atan hilos para llegar a la conclusión de que Byron estuvo con Alison en la noche que esta murió. Parece que se ha metido en un buen lío, su actitud de culpabilidad no nos deja otra opción de creernos la historia, aunque yo tengo claro que este no tuvo nada que ver en la muerte de Ali. ¿Qué pensáis vosotros? Este episodio ha sido bastante mejor que el anterior, centrándose en el argumento más interesante.
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