jueves, 7 de noviembre de 2013

Recapitulando Treme (I): Wish Someone Would Care


"He's home now"
Antoine Batiste

Treme, una de las series más injustamente ignoradas por el gran público, llegará a su punto y final este mismo año, tras una última temporada de cinco episodios que comenzarán a emitirse a partir del 1 de Diciembre. Desde aquí no quiero dejar pasar la oportunidad de dedicarle unas cuantas lineas, a modo de recordatorio y reflexión, antes de que la sintonía de John Boutté deje de sonar en nuestras pantallas para siempre. 
Una trilogía en la que intentaré echar un vistazo a los principales protagonistas y a los temas que ha tratado esta maravilla televisiva (obviamente, plagada de espoilers). En esta primera parte el hilo conductor será el retrato que Simon, muy acostumbrado a hacerlo, dibuja del sistema y de la sociedad en la que se mueve el enjambre de rostros y personajes que conforman la historia de Treme. 

WISH SOMEONE WOULD CARE


En el primer episodio Craigton Bernette descubre YouTube. Descubre esa ventana, ese nuevo medio que le permite mostrarse al resto del mundo, un portal que le da la oportunidad de desahogarse, de mostrar su frustración, de compartir su rabia y difundir su mensaje. Un mensaje que subyace en cada plano de Tremé: New Orleans merece ser salvada, reconstruida y rescatada de la devastación en la que se ha visto sumida tras el huracán Katrina.
Se podría establecer un paralelismo entre esa ventana digital y la propia serie puesto que todos los argumentos que Bernette expone en uno de sus discursos más gloriosos frente a la pantalla de su ordenador, se nos van a ir mostrando a lo largo de la serie. Tremé es un canto a la cultura, a la música, una oda a todos los habitantes de una ciudad que intenta como puede salir hacia delante, reinventarse siendo fiel a su tradición.
Sin embargo, tal como apunta el personaje de Goodman, no todos los problemas con los que han de lidiar son consecuencia de la tormenta, ni de que los diques colapsaran, esto simplemente los ha acentuado, los ha puesto de manifiesto. Y si para el resto de personajes de la serie, buscar la manera de superar la situación en la que se encuentran atascados es difícil, para Craighton Bernette lo es aún más. Bernette no sólo ha de enfrentarse a sus propios fantasmas (a esa novela que no acaba, al editor que le acosa) si no que personifica, tomando como propios, los problemas de la propia ciudad de NOLA, del sistema mismo. Un peso demasiado grande para cargar sobre sus hombros y que acaba pasándole factura, alejándole de su familia y destruyéndole por dentro. New Orleans no ha sido salvada por los EEUU ni por la FEMA; ha sido olvidada, abandonada a su propia suerte. No ha sido reconstruida, en su lugar los contratistas y el propio ayundamiento de la ciudad se han enriquecido mediante el programa NOAH gracias a la especulación y a costa del deshaucio de los contribuyentes. No hay rescate posible, la inseguridad se adueña de las calles, el departamento de policía es un foco de corrupción, el sistema de educación pública es un desastre y el daño causado por the storm parece, a corto plazo, irreparable.
Y entonces Bernette se rinde. Primero abandonándose, alienándose de su entorno presa de esa obsesión que acaba dominando cada aspecto de su vida y, finalmente, subiéndose a un ferry. El camino que toma este personaje (además de ser un reflejo de una realidad en la que el número de suicidios creció significativamente en los meses posteriores a la catástrofe) es comprensible, es humano y desgarrador. Es la parte de la ciudad que se rindió, que abandonó, que se marchó, que dio todo por perdido. Es la parte de la ciudad que quedó inundada irremediablemente y es el drama de miles de personas que a los que, como a Bernette, el agua se los acabó llevando.
El resto de personajes de Tremé no se rinde, eso es lo que les caracteriza. Muy pocas veces verán recompensados sus esfuerzos, muy pocas veces conseguirán una victoria y en contadas ocasiones valdrá la pena nadar a contracorriente entre las anegadas calles de Tremé. De eso ha tratado la serie de Simon desde el primer minuto de metraje, de crecerse ante la adversidad, de esa lucha por avanzar. Porque siempre merece la pena, por lo menos, intentarlo.


ACCENTUATE THE POSITIVE


En el extremo opuesto al del lugar que ocupa Craighton Bernette, encontramos a su esposa Toni. A partir de la segunda temporada, además de luchar contra las injusticias administrativas, la burocracia y la corrupción que impera en la capital de Lousiana, tiene que lidiar con la desaparición del padre de su hija y con los problemas de conducta de ésta. Su actitud tenaz, la determinación por ayudar a los demás, por construir una ciudad más justa y esclarecer los turbios acontecimientos que se sucedieron durante el paso del Katrina y los días posteriores, es el máximo exponente del optimismo en Tremé. Mucho más que cualquier concierto de Antonie, de cualquier fiesta a la que asista Davis o de cualquier Second Line en los episodios de Mardi Gras. Porque Toni se ha enfrentado a la cara más amarga y fea de New Orleans, ha asistido en primera persona a la degradación de la ciudad, a sus peores momentos y aún así (y a diferencia de Craighton) no ha perdido la esperanza de conseguir algo.
Ha creído en su lucha a pesar de ponerse (junto a su hija) en el punto de mira del NOPD por investigar el caso Abreu, ha ido tan lejos por seguir sus ideales que a punto estuvo de traicionar a Terry para conseguir una NOLA más justa, más transparente. Durante tres años ha luchado contra el sistema con sus propias armas, se ha visto atrapada en sus trampas, se encontrado en multitud de ocasiones frustrada en un callejón sin salida y en lugar de desmoronarse, de darse por vencida, ha continuado luchando por lo que cree. En la recta final de la tercera temporada, en una conversación en el patio de su casa, Terry le dice que no entiende como después de tanto tiempo, de conocer tan bien el sistema y de toda la experiencia que ha acumulado, puede ser tan ingenua de creer que puede cambiar algo, que puede marcar la diferencia. Y como espectador, no pude estar más de acuerdo.
Sin embargo, como ya he dicho, a veces Simon les concede a sus héroes una pequeña victoria, un pequeño descanso a mitad de un camino plagado de obstáculos, una recompensa que guiña un ojo a los espectadores para decirnos que, en el fondo, todo puede ir a mejor aunque sea por unos instantes. Y al final de la tercera temporada, y por primera vez en mucho tiempo, sonreimos por Toni Bernette. Sonreimos al ver que el artículo de L.P. Everett ha sido publicado gracias a su ayuda y la muerte de Glover ha saltado a la palestra de la información nacional. Sonreimos al ver como, tras poner a prueba su determinación, estuvo a punto de perder a Terry por una causa mayor sólo para descubrir que estaba de su lado en aquella batalla contra la corrupción del departamento de policía. Y, sobretodo, sonreimos (a pesar de la dureza del testimonio) al escuchar a un testigo declarando al FBI que vio como Abreu era asesinado sin motivo por uno de los agentes del NOPD.


SHAME, SHAME, SHAME


Durante la primera temporada LaDonna tuvo que afrontar la pérdida de su hermano David. Descubrimos a este personaje decidido, fuerte y luchador cuando, junto a Toni Bernette, investigaba las circunstancias de la desaparición, durante el Katrina, de Daymo. De la mano de LaDonna, de su madre, fuimos testigos del sufrimiento de aquellos que, además de las pérdidas materiales tras la tormenta, tuvieron que hacer frente a la muerte de un ser querido (y además Simon lo hizo regalándonos un episodio, el último de la primera temporada, donde trasladaba la acción a momentos antes de que el huracán barriera NOLA). Sin embargo no hubo recompensa para aquel sufrimiento, para aquella búsqueda. LaDonna y su madre no obtuvieron nada a cambio, únicamente un cuerpo que llevaba demasiado tiempo abandonado en unas instalaciones del gobierno y muy pocas respuestas sobre cómo Daymo llegó hasta una prisión para posteriormente desaparecer sin dejar rastro. Aún así siguió adelante, y lo hizo como la retrataron en la escena del funeral de su hermano, mirando hacia delante y haciendo acopio de sus fuerzas para no hundirse.
La vimos, en la segunda temporada, obstinada con seguir acudiendo a Gigis cada noche, sin importar lo peligroso que pudiera resultar, porque aquel lugar era parte de la sociedad, de su barrio, de su infancia y su tradición. Por aportar eso a la comunidad tuvo que cargar con las quejas (y chantajes) de los vecinos, consiguió volver a reunir a su clientela e incluso hizo de su bar el local de ensayo de los indios del Chief Lambreaux. Y a lo largo de todo ese camino, sin más ayuda que su propio esfuerzo y dedicación, cada vez más cansada, hemos observado como nada parecía ser suficiente para detenerla en su empeño de salir adelante y ser feliz.
Lamentablemente, para ella no ha habido un final satisfactorio (al menos por el momento). No ha podido salvar Gigi's, que acabó calcinado por su determinación de testificar contra el joven que la violó a pesar de las coacciones a las que se vio sometida. No ha conseguido la seguridad que anhelaba, la tranquilidad de saberse a salvo en su propio hogar. Ha sacrificado todo lo que la definía por ganar esa batalla; su bar, sus raíces e incluso la relación con su esposo. Ha arriesgado todo lo que tenía por ese deseo de sentirse compensada por la justicia, por, en definitiva, confiar en el sistema. Ha sido la justicia la que ha fallado a LaDonna. Y a cambio, no ha obtenido ninguna recompensa por todo ese sacrificio, por todas esas pérdidas, por todas las fuerzas y las ganas que ha puesto para salir de su agujero. Únicamente el calor de una mano, la de Lambreaux, que la consuela en uno de los momentos más emotivos de la serie.
"They burned me up for nothing" son las últimas palabras que la oímos pronunciar.


En la próxima entrega, de esta serie de tres, la música, como no podía ser de otra manera, será el tema principal.

3 comentarios:

  1. Genial recordatorio de esta serie inmensa, que tanto nos ha emocionado. Cuando termine pienso volver a verla desde el principio. El artículo deja con ganas de más. Gracias y un abrazo :)

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    1. Es que a esta serie hay que amarla! Gracias a ti por tomarte el tiempo de comentar. Justo anoche vi un documental de New Orleans y me dejo con mono de Treme.
      La semana que viene sale la segunda parte (de tres) con Davis, Annie, Sonny, Delmond y Antoine (aka Bunk) como protagonistas.

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  2. Que decir de Simon, pero más aún que decir de Treme, para los que amamos a ésta serie darnos una última season de cinco capítulos va a ser tal yonki buscando más, me imagino. Como bien relatas en el post no es el Katrina el mayor de los problemas de sus personajes, sino que cuando parecen medio levantarse les vuelve a dar una bofetada de realidad su tan amada New Orleans. Por eso es grande Treme, por eso llega Treme donde otras ni por asomo se acercan y si además de grandes historias lo complementas con una banda sonora exquisita. Voilà. Felicidades por el post.

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