martes, 29 de enero de 2013

BATTLESTAR GALACTICA: BLOOD & CHROME – Islanded In A Stream Of Stars (I)



Hace unos meses, y tras una larga espera, SyFy decidió emitir la tan anunciada precuela de BattleStar Galáctica, (y secuela de Caprica). Después de muchos rumores que apuntaban a que la película rodada serviría como piloto para una nueva serie ambientada en este particular universo, de la misma manera que la miniserie de 2003 funcionó como piloto para la serie, finalmente se apostó por lanzarla en formato de webserie a través de YouTube. Estos diez episodios, de una duración total de 90 minutos, también se comercializará en formato DVD el 19 de Febrero. 

Pero, ¿qué vamos a encontrarnos en este “piloto”? Pues la historia de un joven William Adama (nuestro querido Almirante) y su primera misión a bordo de la nave Galactica, ubicada en el décimo año de la Guerra Cylon, es decir, unos cuarenta y dos años antes del ataque a las Colonias y dieciséis años después del final de Caprica. 

Si ya has disfrutado de esta aventura, si has vuelto a subirte a un raptor y te has enfretentado a las fracking toasters, te esperamos tras el salto con una review repleta de spoilers...¡calentando motores FTL! 


El episodio comienza con un monólogo de William Adama, una carta que envía a su padre Joseph en la que relata sus motivos para unirse al ejercito colonial y hacer frente al enemigo: los cylons. Mientras escuchamos la voz en off, se muestran una sucesión de escenas en las que vemos como se ha desarrollado la historia desde el final de Caprica: desde la introducción de los cylons en la sociedad y su normalización a raíz de los eventos que tuvieron lugar en el Atlas Arena hasta el estallido de la guerra entre humanos y máquinas. 

Tras una breve introducción asistimos al reencuentro con nuestra querida Galactica ya que el joven Husker, el apodo de piloto de Adama, ha sido asignado a la nave que será su hogar y de la que dependerá el destino de la humanidad. Este primer encuentro y los planos desde el espacio son un regalo para los fans, tras tantos años desde el final de la serie y después de ver como nuestra battlestar desaparecía camino del Sol, y hay que reconocer que es uno de los momentos más épicos de todo el metraje. Por supuesto la llegada de Adama, el piloto novato, sirve para presentarnos los personajes que habitan la nave y situarnos en este escenario que, a pesar de sernos familiar, nos es totalmente desconocido. 

La BattleStar Galactica
La misión que se le encomienda a Husker, y al que será su compañero Cocker, es la de transportar y escoltar a Becca Kelly hasta los astilleros de Scorpion. Kelly es una antigua empleada de Greystone Industries y trabajó en proyectos relacionados con tecnología Cylon. 

La máxima autoridad a bordo de la nave no es otro que el Almirante Duram, el agente del Departamento de Defensa Global que en Caprica investigaba el ataque al tren perpetrado por los Soldados del Único y que ahora es el encargado de asignar al joven Adama la misión que será el eje central de esta historia. 

Pero, como era de preveer, la tarea inicial que tan simple parecía, no es la verdadera misión a realizar y, para más inri, el viaje se complicará por una serie de imprevistos por lo que no quedará más remedio que improvisar. 

Para empezar, las ordenes recibidas no son más que una tapadera y el verdadero objetivo de la tripulación del Raptor será dirigirse a unas emplazamiento en el que sólo Kelly sabe que encontrarán. Al llegar al punto de reunión establecido, descubrirán que no quedan más que los restos de la Battlestar Archeron y de las demás naves de la flota que la escoltaban, lo que les obligará a cambiar su rumbo hasta unas nuevas coordenadas: un punto escondido, dentro del espacio controlado por los cylons, donde multitud de naves de combate que se daban por destruidas han estado ocultas. Con esta estrategia los coloniales pretenden perpetrar un ataque que coja a las máquinas desprevenidas, dentro de su propio territorio, asestando así un duro golpe contra el ejército cylon. 

Hay que destacar que en esta escena es cuando de verdad volvemos a presenciar las trepidantes batallas de naves que tanto añorábamos y, todo hay que decirlo, pensaba que los efectos estarían mucho menos logrados. Las imágenes de la “flota escondida” son una verdadera gozada y vuelven a transmitirnos toda la épica que siempre había destilado la serie madre. 

Las Battlestar Valkiria, Loki y Osiris

El siguiente paso, una vez a bordo de la BattleStar Osiris, será llegar hasta la luna Djerba, donde los cylons se han establecido en un antiguo complejo vacacional creado por los coloniales. En esta luna helada estará esperando un equipo de refuerzo que se hará cargo de la Dra Kelly para que esta pueda llevar a cabo su cometido. Y, de nuevo, con cada paso que den, Adama y sus compañeros encontrarán peligros inesperados, anguila espacial incluida.(¿Una anguila monstruosa en BSG?... como se nota que no estás detrás de esto Ron D. Moore) 

Con el paso de los minutos las carencias de Blood & Chrome se hacen cada vez más evidentes y la falta de ritmo es uno de sus mayores defectos. Todas las secuencias desde la llegada a la luna hasta la resolución (¿inesperada?) de toda la situación me parecieron bastante soporíferas. No ayuda en absoluto que la aparición de los centuriones Cylons, uno de los momentos que más anhelábamos, sea brevísima y no tan intensa como hubiese deseado. 

La brevísima aparición de los centuriones


Después del enfrentamiento con las tostadoras, y sin que este giro sea bastante previsible, nos desvelarán que en realidad Kelly trabaja para el enemigo y que su único objetivo durante toda la misión ha sido facilitar las coordenadas de la flota que permanece escondida al ejercito de las tostadoras. Por suerte y sin que suponga sorpresa alguna, Adama conseguirá detenerla en el último momento y preservar así la ventaja que los humanos tienen en esta guerra. 

Los personajes 

Poco o nada se nos muestra de William Adama que no hubiéramos visto ya. Es interesante, eso sí, comprobar como su herencia Tauron, en la que tanto hincapié se hizo en Caprica, ha influido en su carácter y, aunque no hay mucho a destacar en la actuación de Luque Pasqualino, es verosímil que ese chaval prepotente a la par que valiente pueda convertirse algún día en el Adama que conocimos (o conoceremos). 

La presentación de los personajes que acompañarán (o hubieran acompañado) a Adama en sus aventuras como piloto inexperto es bastante tradicional y con la excusa de su llegada a la flota se nos mostrarán varios de algunos de estos secundarios que, de haber gozado de una temporada completa, hubieran sido interesantes de explorar. Por supuesto, sin esos matices, en el “piloto” no pasan de ser meros extras (la chica dura, el compañero amargado, el piloto famosete...) que tienen un par de lineas y muy poco peso en la trama, a excepción del copiloto del raptor Cocker (¿alguien se esperaba que finalmente no estuviera muerto?... vale, yo también). 

A destacar sobre todas esas figuras que no se dibujan del todo la del piloto Deke Tornvald que me pareció la más atractiva. La exploración de su personaje hubiera sido un pilar básico a la hora de exponernos los verdaderos horrores de la guerra, en contraposición de lo que la propaganda colonial ha vendido a los humanos sobre este enfrentamiento bélico. Y es que si algo se intuye en estos noventa minutos es que Blood & Chrome, a parte de la acción y de la mitología de BSG, pretendía rescatar esa visión única a la hora de plantearnos cuestiones morales ambiguas y no me imagino una mejor situación que esta guerra que, en el momento en el que tiene lugar la acción, los humanos están perdiendo. Respecto a este tema, en el piloto se presenta la trama de la Dra Kelly y su marido que también deja entrever que a pesar de que en este conflicto haya un adversario identificado, al fin y al cabo, el mayor enemigo de los seres humanos son ellos mismos. 



Tócala otra vez, Brear McCreary 

Pero si algo cabe, y se debe, destacar de BSG: Blood & Chrome es la espectacular banda sonora que nos brinda. Si algo ha caracterizado al universo BSG ha sido siempre la música de Brear McCreary que en esta ocasión se marca un soundtrack muy cinematográfico y que mantiene absolutamente el nivel al que nos tiene acostumbrados. Esos momentos finales con la nueva versión de la intro de BattleStar Galactica, y que ya servía como banda sonora del tráiler, es simplemente maravillosa. 


Finaliza así esta historia que, como he comentado, no sabemos si estaba pensada para tener una continuidad o como simple película para expandir el universo BSG. Lo que si es verdad es que, a pesar de ir con unas espectativas bajas, Blood & Chrome no pasa de ser un entretenimiento ligero que no está a la altura de la serie original ni de la precuela Caprica. 

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